jueves, 30 de enero de 2014

LA CARTOGRAFÍA Y SU EVOLUCIÓN: LOS MAPAS SON LOS OJOS DE LA HISTORIA.


 
  Desde los tiempos más remotos, el ser humano ha querido representar el mundo físico que nos sustenta, cada vez más ajustada a la realidad.

   Tuvieron que pasar muchos años para que este hecho sucediera y pudiéramos hablar de mapas de una excelente precisión y una gran exactitud en sus dimensiones.

  Hoy en día el mapa se ha convertido en un instrumento indispensable para cualquier actuación sobre la realidad: planificación económica, militar, política o social, planificación del territorio, de la Administración, de las obras públicas, de las administraciones terrestres, marítimas y aéreas.

    Poco más puedo decir, que no quede reflejado en este vídeo de 6 minutos de duración. Un vídeo, en el que con claridad y con dinamismo, nos hace un recorrido por la historia de la cartografía y su evolución.
    
LA CARTOGRAFÍA: Biblioteca Nacional de España.


 "Del rigor en la ciencia", Jorge Luis Borges

   En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. 

   Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. 

   Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos.

    En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.

Suárez Miranda: Viajes de varones prudentes,
libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658.


domingo, 12 de enero de 2014

FRA MAURO: EL CARTÓGRAFO QUE NUNCA VIAJÓ


   Me ha parecido interesante, dedicar este primer artículo del año 2014, a un cartógrafo que ha llegado a mis manos en forma de libro. Su nombre, Fra Mauro, no dice mucho, pero el mapa que él realizó, sí que supuso un antes y un después dentro de los mapas hasta ahora dibujados.

   Fra Mauro, fue un monje Veneciano, que dibujó entre los años 1457 y 1459, el mejor memorial de la cartografía de la época medieval. Este mapa cartográfico, es un planisferio circular dibujado sobre pergamino y montado sobre un bastidor de madera, de dos metros de diámetro.

   Con el original del mapa desaparecido, actualmente se conserva la segunda copia que fue comenzada por Fra Mauro, pero finalizada (debido a la muerte del monje), por Andrea Bianco (asistente de Fra Mauro, marinero y cartógrafo). Hoy en día está expuesto en la escalinata de la Biblioteca Nazionale Marciana de Venecia.

   La principal característica cartográfica de este mapa, consiste en su orientación, está invertida. De esta forma el sur se encuentra en la parte superior del mapa, algo muy característico de los mapas musulmanes y raro en un monje de la orden religiosa católica de La Camáldula.



Pocos saben de este monje cartógrafo, que definió su mapa desde una habitación sólo. No viajó a ningún lugar del mundo. Fue capaz de trazarlo usando los conocimientos de todos aquellos que quisieran acercarse a su celda y contar las experiencias de ese viaje, de esa aventura hacia tantos lugares misteriosos. Un viaje mental, al que Fra Mauro le dio forma.

Su vida la consagró a cartografiar todas las historias que escuchaba de los marinos. Ninguna historia era demasiado trivial para no escucharla, ningún diario de viajero era demasiado simple para no leerlo.

Él se consideraba un monje algo miedoso y perezoso para viajar. Lo amaba con tanta pasión, que la única opción que le quedaba para poder realizar su sueño consistía, en dejarse llevar por las vivencias de otros.




   Era tal su obsesión por cartografiar el mundo, que lo llegó a compararlo con la meditación: “…Pero también he llegado a comprender que hay ciertas vías de investigación. Hay poca diferencia entre el hecho de que rece el rosario en la capilla una mañana y el de que trace una rosa de los vientos en un mapa. Ambas cosas son formas de meditación.
Un hombre recorre tambaleante la Vía Dolorosa siempre que se dispone a crear un objeto bello. He pensado muchas veces que la flor de lis de la rosa de una brújula puede ser tan difícil de representar verazmente como el Padrenuestro. Su misma precisión impone un tipo de exigencia especial. Se alinean con todo lo que sé que es verificable pero que ni siquiera yo soy capaz  de apreciar con un mí nimo grado de certeza… Hace ya mucho que aprendí  a no reprimir mi inclinación a adornar la realidad. Un nudo celta sería algo insulso si no estuviese inspirado por una visión, que se materializa  gracias a la paciencia y el esmero de un artesano. Los cartógrafos adornamos el mundo, y yo no soy una excepción. Mis mapas están hechos para transmitir una ilusión, de eso no hay duda ...” (El sueño del Cartógrafo de James Cowan).

   Enloquecido o no, por una pasión a la que dedicó toda su vida, su mapa es un fantástico ejemplo de cartografía de la época:
  • ·Reconoció la extensión hacia el Este que había dado Ptolomeo, suprimiendo al hacerlo la posición central que había ocupado la ciudad de Jerusalén en mapas anteriores.
  • ·Vió el mundo como una esfera, y aunque empleara la convención de describir los continentes rodeados por agua con la forma de un disco, no sabía con certitud las dimensiones de la Tierra.
  •  La descripción de África es sorprendentemente precisa.
  •  El Mapamundi de Fra Mauro es uno de los primeros mapas occidentales en los que se representan las islas del Japón.



 “La cartografía es un arte sublime”. Fra Mauro.